
Parsvakonasana. Postura del Ángulo Lateral Extendido. Side Angle Pose. Foto Estefanie Jaramillo
Hay posturas de yoga que a simple vista parecen sencillas y que en el primer intento se pueden lograr a la perfección. Sin embargo, llegar allí hay esfuerzo de meses y años porque nuestro cuerpo se va abriendo a la pose, de la misma manera como nuestra mente va entendiendo cómo hacerla.
Los primeros meses que empecé a hacer la postura del ángulo lateral extendido (Parsvakonasana), recuerdo que las piernas me dolían intensamente, me temblaban y en pocos segundos tenía que estirar la pierna flexionada porque sentía calambres.
El torso apenas lo podía inclinar hacia abajo y sentía que al tratar de abrir el pecho hacia arriba no podía respirar. Las inhalaciones eran tan cortas que sentía que me mareaba. ¿Cómo una pose que parece tan simple puede dar tanto trabajo?
Es como en otros aspectos de la vida, cuando elegimos estudiar una carrera no todo es fácil al principio, o cuando aprendemos un segundo idioma, todo se nos enreda, los verbos, los pronombres, las fechas…
Con la práctica he podido captar que hay que dejar que el cuerpo trabaje a su ritmo. Con cada indicación de mis maestros mi mente entendía más y con los años esta pose fue progresando.
Ahora puedo apoyar mi mano en el piso e ir mas allá y hacer una variante más avanzada entrelazando mis manos detrás de la espalda.
Cuando mi cuerpo está haciendo todo su esfuerzo, plantado en la pose, cuando mi mente ya no le indica que tiene que hacer otro ajuste, es entonces cuando puedo respirar profundamente y agradecer por estar allí. En esos escasos segundos me atrevo a repetir un mantra para que mi cuerpo ahora sea el vehículo que me conecte con algo más profundo, menos palpable a lo físico.
Claro hay días de días y el único pensamiento que se me cruza, es ay me duele la pierna!, ay cuanto falta, no soy este cuerpo, no soy este cuerpo, ay ya se terminó!
Como en otros aspectos de la vida, el esfuerzo por lograr algo es algunas veces doloroso. En momentos en que algunos pueblos están llevando su historia a un desenlace mejor para las generaciones futuras, detrás hay años de lucha, aprendizaje y caídas. Después de décadas de esfuerzo el camino para ellos se va asemejando a esa pose que parece simple pero que demanda mucha entrega. Que se abre en medio de las sombras hacia el sol que se extiende para iluminar.