Claves para reconocer que tu amor se está volviendo apego

Algunos lo definen con esa frase muy cursi, “siento mariposas en el estómago”, los noveleros o dramáticos con el clásico “es que si no está conmigo no puedo vivir”, quizás esa sea la idea más extendida del amor, pero la menos certera.

No te sientas mal si así lo has vivido o lo estás experimentando ahora, pero como todo en la vida es cambiante, también podemos aprender a amar diferente, sin apegos.

En las filosofías budista y vedanta el concepto del amor en nada se parece a esta, por el contrario, afianza la visión de que quien ama no esperará nada a cambio. 

“El amor en el budismo tiene tres aspectos: es una sensación agradable, de aprecio, de cercanía, cuando sentimos que la felicidad y el bienestar del otro es importante”, explica el monje budista, Guen Kelsang Tashi, maestro residente del Centro de Meditación Kadampa de Miami.

Esa definición de amor nos libera del deseo de controlar la voluntad de la persona de nuestro afecto, además nos quita la presión de querer complacer para obtener algo a cambio.

Es amar con la alegría de saber que el otro va a estar y tiene que estar bien, con o sin nosotros. 

“Desear que otras personas sean felices y libres del sufrimiento”, agrega Tashi.

Es tan amplio que no se limita al amor de las personas que más nos importan en nuestro entorno, como los padres, hijos, hermanos, parejas, familia, amigos. Sino, que de manera espontánea se siente hacia otros seres.

Pareciera fácil, pero si lo es, ¿por qué nos cuesta tanto amar de esa manera?

Cómo reconocer el apego

El apego es esa “clase de deseo que perturba la mente y causa sufrimiento, aunque al inicio no lo parezca, especialmente a otras personas”.

“El apego es la contaminación del amor. Cuando el amor está viciado por el egoísmo e individualismo, se torna apego. Cuando el apego es libre de motivos egoístas, es amor”, explica A. Parthasarathy, en el libro The fall of the human intellect. 

Hemos crecido con esa imagen de los amantes que hacen lo imposible por sostener una relación, que a la primera, se ve que no va a funcionar. 

De las películas, telenovelas, historias, sacamos las referencias a esa clase de amor tormentoso, que se siente como si el mundo girara a nuestro alrededor.

El apego no sólo se manifiesta en las relaciones de pareja, también lo sentimos en otras relaciones, padres-hijos, amigos, trabajo, y hasta objetos o el dinero. 

“Si estamos sólo concentrados en cómo nos queremos sentir, probablemente es apego. Pero, al centrarnos en la felicidad del otro es amor”.

Qué hacer para transformar el apego en amor

 “La felicidad es una sensación de nuestra mente, no surge de afuera, si reconocemos que esa felicidad está dentro de nosotros y no en la otra persona, eso nos ayuda a disminuir nuestro apego”, explica Tashi.

Tan pronto pensamos que la fuente de nuestra felicidad pertenece a alguien más, allí surge el apego.

“Podemos crear un hábito de mirarnos, reflexionar y reconocer la presencia de apego que nos hará sufrir”, recomienda el maestro de meditación del centro Kadampa.

“Por ejemplo si no estamos con alguien que queremos y lo extrañamos, desear que esa persona sea feliz, que si tiene un problema, que se libere de esa situación. Practicamos la compasión y el amor puros”, sugiere Tashi.

Practicar la autoaceptación y el valorarnos a nosotros mismos, de una manera sana, va a influir en la disminución del apego y en la sanación de las relaciones, comenta Martha Ramírez Jove, maestra de yoga y creadora de la Guía básica de yoga.

“Cuando uno se acepta y acepta a los demás como son (con sus errores o no), allí surge la compasión. Voy a vivir de manera auténtica”, explica Ramírez Jove.

Para quienes quieran conocer más sobre este tema de la mano de Guen Kelsang Tashi, este domingo 14 de febrero, Día del amor y la amistad, impartirá un taller especial sobre cómo distinguir entre el amor y el apego a las 11:00am por zoom.