
Para algunas personas el silencio es molesto, es un espacio insoportable al que no se quiere ir. Para otros es la medicina natural que el cuerpo necesita para restablecerse.
Durante varios días, no había nada que me hiciera reponer mi tranquilidad, mi centro que retirarme de todo en silencio y mantener un mínimo contacto con otros. Una respuesta breve por WhatsApp a mi familia y mis amigos, contestar algunos emails y enseñar yoga.
Hay personas que se recargan de energía saliendo con sus seres queridos, buscando compañía sin perder un instante para hablar, manteniéndose activos física y socialmente.
Ninguna de las dos opciones es mejor o peor, sólo son diferentes. A mí me ha beneficiado saber cuál de las dos se compagina con mi naturaleza.
Con esto no quiero decir que estaba envuelta en las sabanas durmiendo día y noche, comiendo pizza o viendo Netflix, no, estaba muy activa, a mi ritmo y en mis términos.
Mi practica de yoga la hacia en casa, me dedicaba a estudiar tanto la filosofía como la parte física del yoga, desde palabras en sánscrito y su traducción en español; hasta qué libros leer para aprender más de este mundo tan vasto.
En ese momento entendí un poco más lo que el sabio Patanjali quería decir con: “la práctica (del yoga) se establece firmemente cuando se procura durante mucho tiempo, sin descanso y con toda sinceridad”. No importa si me siento con desgano o creo que no estoy avanzando en mi práctica física y teórica, no importa que mi mente se siente a juzgar cada paso que doy, el ser constante en la práctica (por breve que se haga) y consistente es una ganancia.
Son esas etapas que me permiten intentar otra vez, ver otro ángulo que estaba ignorando. En lugar de meditar y llevar las manos hacia adelante por qué no hacerlo al revés. La postura de rezo invertido (viparita namaskarasana) es un ejemplo de ello. Llevar las manos en posición de oración al centro de la espalda te permite abrir el pecho, estirar los hombros y la espalda, calmar la mente y elevar la autoconfianza.
Cada uno tiene la posibilidad de escoger qué hacer cuando está en desbalance, bien sea en introspección o en compañía, lo importante es saber qué necesitamos para cuidarnos y tener nuestros sentidos atentos para servir con un mejor propósito.