Empezar una práctica de yoga puede generar muchas preguntas y hasta limitaciones para quienes nunca lo hecho. Entre las más comunes es cómo empiezo o no soy capaz de hacer esas posturas.
A pesar de que la imagen más extendida en Occidente sobre la práctica del yoga es la de posturas físicas, todos podemos practicar yoga.
El yoga es una filosofía de vida -que tiene muchas aristas- para al alcanzar una conexión mas profunda entre el cuerpo, la mente y el alma con la Divinidad.
Comenzar la práctica del yoga justo al inicio de un nuevo año puede ser un momento propicio para tratar de mantenerla como un buen hábito.
Las personas de la tercera edad o quienes tienen movilidad reducida, pueden integrar la práctica del yoga en sus vidas, a través de posturas simples que pueden hacer sentados en una silla y con ejercicios de respiración y concentración.
Estas 5 ideas te pueden ayudar a descubrir de qué manera puedes empezar una práctica de yoga que se conecte mejor con tu personalidad.

1. No tengas miedo al mat y párate sobre él: Si nunca has practicado yoga o tienes poca experiencia, escoge una clase que se adapte a tus capacidades o condición física.
Hay estilos de Hatha yoga que se enfocan en secuencias sencillas y posturas básicas, ideales para principiantes, como por ejemplo Gentle (yoga suave) y el estilo Iyengar, éste se enfoca en la alineación y el sostenimiento de las poses por un poco más de tiempo.
Para adultos mayores es ideal el yoga en sillas, pese a que están sentados están trabajando la fortaleza, coordinación y flexibilidad.
Ahora hay más posibilidades de hacer clases online que te ayudarán a aprender respetando la cuarentena.
2. Concentrarnos en la respiración y los pensamientos. La práctica de pranayamas o control de la energía a través de la respiración es el mejor ejemplo de que el yoga es accesible a todos, ya que las personas mayores, con discapacidad o movilidad reducida pueden hacerlo sin tener que hacer un esfuerzo físico demandante.
Asimismo, la práctica constante de concentración en la respiración y la atención a los pensamientos, nos ayuda a a mantenernos presentes, a observarnos y reflexionar.

3. Descubrir qué es el yoga. Aprender sobre cómo el yoga puede guiarnos a un estado de vida más consciente y sereno va más allá de practicar sobre el mat. Es también inspirarnos con la sabiduría de yoguis, maestros y sages, que a lo largo de 5.000 años de historia nos han dejado como legado.
Esas “recetas a seguir” de cómo ser mejores seres humanos, que viven en armonía consigo mismos y su entorno, la podemos encontrar en ese vasto mundo de la historia del yoga.
Puedes comenzar con alguno de estos: “Autobiografía de un yogui” (Paramahansa Yogananda); “Los Yoga Sutras, de Patanjali”; “El arte de pensar positivamente” (Swami Jyotirmayananda).
4. Repetición de mantras. Probablemente has recitado mantras sin saber que lo hacías. El mantra primigenio y más conocido es el OM.
Son sonidos, palabras o frases espirituales que tienen cierta vibración, que al decirla con intención, nos acerca o conecta con nuestra conciencia divina y más elevada.
Puedes tener un mantra en tu propio idioma que te ayude a trabajar un aspecto de tu personalidad.

5. Vibrar con otros yoguis. Tener el apoyo de gente que está buscando crecer en la misma dirección espiritual (sin importar la religión que profese) es una forma de crecer como yoguis.
Bien sea a través de clases de yoga o meditación online, la buena asociación con personas que nos inspiren a aprender del yoga es un impulso para continuar este camino de autodescubrimiento.
Estas son algunas de las muchas maneras de empezar a interesarte en el yoga y en descubrir con tu propia experiencia cómo tu interés se va ampliando para conocerte más.
Si escoges una de ellas, podrías ver, que al practicarla con constancia, tu curiosidad por saber más te llevará a experimentar con otras expresiones del yoga.