Para empezar a la práctica física de yoga necesitamos algo imprescindible: nuestro cuerpo.
Tener la disposición es fundamental y sobre todo silenciar las excusas que nos ponemos para empezar a practicar yoga.
A través de nuestro cuerpo experimentamos, movemos, respiramos y aprendemos las posturas o asanas que nos ayudarán a iniciarnos en el camino del yoga y el autodescubrimiento.

La práctica física nos ayuda a mantener el cuerpo en un estado saludable, a fortalecer los músculos y a ganar flexibilidad.
Es una puerta de entrada para desarrollar el interés, la atención y la curiosidad. Nos permite conocer más allá de lo físico, de lo tangible y abrirnos a recibir los beneficios del yoga en el plano mental, emocional y espiritual.
La práctica del yoga es austera porque no necesita de equipos complicados, pesados o costosos para hacerla.

Después de tu cuerpo y la disposición a aprender, necesitas un mat (esterilla o tapete) para practicar. Existen numerosas marcas, estilos, materiales, que se adaptan a las necesidades y los bolsillos de cada quien.
Para los principiantes y para quienes queremos profundizar en poses más retadoras, usamos algunos objetos de ayuda que se han popularizado en Occidente.
Bloques (de hule o corcho) para apoyarnos; cuerdas para ayudarnos a darnos extensión; almohadón largo, para darnos soporte y las ruedas, para asistirnos en las aperturas de la espalda.
Pero si no tienes esto, puedes improvisar en casa con objetos que se les asemejen.

Por ejemplo, en lugar de bloques puedes usar libros apilados, cajas de material resistente que no se hunda, macetas de plástico vacías, termos, o cualquier par de objetos que te puedan dar soporte, alcance y que no se deslicen.
Si no tienes una cuerda especial de las que venden para yoga, puedes usar alguna similar que tengas en casa, una correa, una toalla o una funda de almohada.
En lugar de los almohadones largos puedes usar una cobija gruesa doblada o varios cojines.

En tu casa puedes improvisar los objetos que necesites, no sólo te ayudará a asistirte en la práctica, sino también a trabajar la creatividad para usar lo que tengas a la mano y ahorrar.
Como cualquier ejercicio físico es recomendable hablar o preguntar a un médico antes de comenzar a practicar.