Retomar la práctica de yoga…y las relaciones de pareja

Después de varios días sin practicar yoga encontrar la motivación para regresar a clases no es tan fácil. Debo reconocer que agarrar un libro de yoga, leerlo y reflexionar sobre cómo puedo reconocer mis pensamientos y acciones se me hace más fácil que hacer Saludos al Sol y toda una clase. ¿Te pasa lo mismo?

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Modificación de la postura Wild Thing o Camatkarasana. Fortalece los brazos, los músculos de la espalda y la flexibilidad. 

Hoy puderetomar el ritmo, tras regresar de viaje, y durante una secuencia retadora que terminaba brincando sobre mis manos pensé: volver a practicar yoga cuando tu cuerpo se ha perdido unos días del mat es como reconciliarse con nuestra pareja después de una discusión.

Es aceptar que tu cuerpo no está en toda su capacidad, pero a la vez tienes que vencer el miedo de que te vas a lesionar. Observarse de no ir hasta el límite, pero esforzándose lo suficiente para que en la próxima clase podamos estar en mejores condiciones y con más alegría de volver.

Quién no ha tenido esas discusiones dolorosas en las que exponemos nuestros miedos, desafíos, apegos, egoísmos y rencores. Pero que afortunadamente después de conversar y verse en silencio, también sabes que te va a costar soltar un poco ese resentemiento, hasta que esa complicidad mutua regrese sin presión y sin exigencias.

Al igual que en esos regresos al mat, que quedamos con el cuerpo adolorido, esos brazos temblorosos en las primeras chaturangas, pero con la intención genuina de que hay que seguir. 

Inhalar profundo la serenidad de saber que se está pasando una prueba, y exhalar despacio al descubrir que vale la pena el intento. No me refiero a situaciones donde hay violencia de ningún tipo, irrespeto mutuo, maltrato o humillaciones. Cada quien decide y reflexiona sobre cual es su techo.

No es fácil volver al mat con varios días de ausencia autoimpuesta (no por enfermedad), por excusas de que no nos alcanza el tiempo o que yo hoy no me levanté temprano, pero mañana sí. 

Tampoco es fácil mirarle los ojos a tu pareja y aceptar que las diferencias que nos juntaron ahora se vuelven un poco más rutilantes. Aun así, no hay mejor motivación que saber que se puede y sobre todo se quiere. 

Como en el mat, un día, una postura, un aprendizaje a la vez. Una discusión, una tregua, un seguimos juntos a la vez.