Las claves para despertar la conexión con tu cuerpo

Es tan común escuchar o leer frases como vive el presente, conéctate con tu conciencia, vive a plenitud tu día y un millar de “consejos” similares. Sin embargo, eso deja pocas pistas de cómo lograrlo. Qué hacer para desarrollar tu capacidad de observarte y conectarte contigo mismo.

El yoga busca unir lo que en nuestra vida parece andar perdido: nuestra capacidad de conocernos como seres que forman parte de un todo divino. Anjá, ¿pero y cómo lo re- encuentro?

Una de las maneras iniciales que nos enseña la práctica del yoga es de conectar con nuestro cuerpo físico y nuestro cuerpo más sutil, ese que comprende la mente, las emociones y el intelecto, lo intangible.

Muchas veces nuestra mente está en una desconexión tan profunda que ignora la actividad que estamos haciendo. Puede que estemos paseando por la playa, pero lo que estamos pensando es en una oferta genial de televisores que queremos aprovechar. 

Cómo me observo

Lo que he aprendido con el yoga y con la meditación guiada de mis maestros es a aprender a observarme. 

-Si estás sentado observa tu postura, no hace falta que lo hagas con tus ojos. Haz un recorrido mental desde la planta de tus pies hasta la cabeza.

-Mis pies están apoyados en el piso, ¿cómo se sienten mis piernas? ¿hay tensión o estrés en los músculos? ¿Me duele la espalda baja, la columna está derecha o estoy encorvado? 

¿Mis hombros se sienten tensos? Y el cuello, ¿está rígido? Mi rostro está relajado o ¿mi ceño está fruncido?

Así puedes ir entrenando a tu mente a volver a conectarse con su sensibilidad. A ir despertando la capacidad de estar presente en las sensaciones del cuerpo

Estamos empezando desde lo más superficial hasta lo más profundo o intangible. Podrás activar mejor tus sentidos, en especial del tacto, el olfato, el oido.

Si estás al aire libre al hacer este ejercicio de concentración puedes sentir el espacio que te rodea más palpable, la temperatura, el aire, los olores y sonidos.

Despertar el cuerpo para despertar la mente

Empezar a reconocer y sentir presente el cuerpo físico nos ayuda a crear el habito de hacerlo hasta ir más a nuestro cuerpo no físico, como por ejemplo los pensamientos.

Eso nos ayuda a alertar nuestra mente y prestar atención a lo que se cruza por ella.

Hace un par de meses decidí comenzar un proyecto que me hacía mucha ilusión y que había estado posponiendo. En un instante capté un pensamiento cruzarse “no vas a poder, eso es demasiado trabajo para ti”, de inmediato sentí que mi cara se volvió tensa, encogí los hombros, pero en segundos, me dije, claro que sí voy a poder y me enderecé. Física y mentalmente.

Por muchos años fui una persona muy distraída, ahora que reflexiono quizás de alguna manera quería escapar de algo siempre, no me sentía a gusto con mi presente.

Hasta que cada vez mas aprendí a valorar cada cosa que me sucedía, me di cuenta de que mi vida bien vale de que la viva. Como resume una máxima del budismo, “la preciosa vida humana”.

Esa capacidad de ir hacia adentro nos despierta para ir hacia afuera con más asertividad. 

No será de la noche a la mañana, pero quién ha logrado algo así, hasta subir de peso toma unos días. 

Pero cada día al menos mantener por unos minutos de respiración consciente, como estoy sentado, como estoy parado, qué emoción siento. Se puede ir sacudiendo la conciencia de lo que hacemos y como lo hacemos.