Los 10 cambios que he vivido con la práctica del yoga

En los yoga sutras de Patanjali la práctica del yoga es un movimiento de vida constante, sincero y disciplinado. En mi caso no fue así desde el principio, pero cada vez que presencio todos los cambios en mi vida aumenta mi motivación por seguir aprendiendo cada vez más sobre esta filosofía de vida. Estos son algunos de los beneficios que he experimentado con la práctica del yoga.

Con la práctica del yoga he aprendido a valorarme más.

1. Aprender a valorarme y tener más autoestima

Hay momentos en que nos decimos, yo me quiero y me valoro, pero ¿cuanto de eso es realmente cierto? Pues bien, la práctica del yoga me ayudó a ver con honestidad mi carencia de autovaloración. 

Desde lo más simple como ser tan autocrítica con mi aspecto físico, hasta no tener el valor suficiente de reconocer mis muchas virtudes porque creía que al hacerlo me volvía engreída. En ambos casos era el ego manifestado a través de la comparación.

Con el yoga aprendí a relajar esa voz perfeccionista que tanto debilitaba mis propias capacidades y aprendí a valorar cada halago de los seres que amo, hasta dármelos yo misma como una expresión de agradecimiento hacia las bendiciones que Dios ha dado en mi vida.

Con el yoga he aprendido a callar y no caer en chismes

2. No caer en chismes

“No me gusta el chisme, pero me entretiene” es un refrán muy famoso en Venezuela. Y sí, por muchos años caía en el chismecito, en hablar de más y en juzgar a otros, pero con la práctica del yoga he ido depurando ese mal hábito. 

Con el principio de Ahimsā, entendí que una mala acción también encuentra su raíz en hablar mal, menospreciar o criticar a alguien. Con el yoga me di cuenta que si hay algo que puedo cambiar y controlar es qué tanto puedo o debo hablar de otros. Si no es algo que aporte y que sea para destacar algo favorable, mejor me callo.

Con la práctica de la meditación he ido aprendiendo a soltar la expectativa del futuro

3. Valorar lo que tengo sin expectativas del futuro

Una frase que siempre recuerdo de uno de los libros de yoga que más me han influido, The fall of the human intelect, es no condiciones tu felicidad a tus logros del futuro. 

Muchas veces, sobre todo cuando estaba en mis 20, pensaba cuando obtenga estos reconocimientos ya seré feliz, cuando haya logrado alcanzar esta meta, seré feliz. Con el tiempo y con la práctica de la meditación y el yoga fui adquiriendo el conocimiento para soltar el futuro con la expectativa del control y de que algo externo me dará la plenitud que ansío. 

Error, nada de lo que está afuera podrá completarme de esa manera. Entonces todo cambia al valorar el momento presente, y si ese presente es un poco incómodo, tener paciencia que también pasará, ya que nada es permanente.

Pararme de cabeza siempre fue un reto para aprender a confiar en mi.

4. Tener confianza 

Una de las pruebas más difíciles para mi en la practica del yoga me las dan las inversiones o pararse de cabeza y de manos. 

El desarrollar de manera progresiva la confianza en mi misma me ha ayudado en mi práctica dentro y fuera del mat. 

Ahora con la conciencia de que si me caigo debo levantarme y seguir intentando. Claro, sabiendo cómo caer para no lastimarme. 

Con la práctica de yoga he aprendido a escuchar más mi intuición

5. Escuchar mi intuición 

La mayoría de las veces analizo cada decisión de manera cartesiana, evaluando cada escenario, pros y contras, no es que sea algo negativo, pero no siempre daba el resultado más acertado. 

Con la práctica del yoga he aprendido a prestar atención a esas llamadas internas, que a simple vista no serían mi respuesta inicial, pero cuando decido hacerles caso, me llevan por un mejor camino.

Con la práctica de la concentración, meditación y mantras he podido elevar mi intuición y abrirme a actuar a través de ella.

Mantenerme en el momento presente me permite apreciar más la naturaleza

6. Apreciar la naturaleza 

La conexión que nos despierta el yoga va más allá de relacionarnos con nosotros mismos, también con la naturaleza. Mantenernos despiertos en el momento presente nos permite apreciar los milagros de la fauna y la flora, sin tomarlos por sentado.

A través de la práctica constante de la respiración consiente pude progresivamente mantener mi mente en el momento presente y apreciar más el contacto con la naturaleza. Por ejemplo, puedo valorar que al caminar sintiera la fragancia de las flores de plumeria en mi barrio de Coral Gables, en Miami, que si estuviera distraída en mis preocupaciones, no podría olerlos.

Vibhuti yoga, el yoga de la devoción nos permite apreciar esos regalos que nos ofrece la Divinidad con reverencia y gratitud.   

Con el yoga y la meditación aprendí a valorar estar conmigo misma y en mi única compañía

7. Apreciar y valorar estar conmigo misma

Practicar yoga me ha ayudado a encontrar el valor de hacer introspección, con todo lo que implica escudriñar en esas partes menos agradables como el egoísmo, mi falta de valor en algunos momentos o incluso en procrastinar. Pero lo mejor de todo es aceptarlo y trabajarlo para cambiarlo.

Valorar esos momentos de ir a la playa sola y disfrutar de ese espacio azul sin interrupciones, sin conversaciones, solo con lo que el horizonte ofrece.

Al igual que el apreciar la naturaleza se conecta con el valorar el estar conmigo misma, para mi son inseparables.